Esta escapada ha sido de las que surgen sin apenas planear nada. De hecho, lo poco que planeamos o teníamos pensado hacer no salió como esperábamos.
Lo que empezó con un «¿Vamos a pasar la mañana en Altea?» se convirtió en un par de días de playa y desconexión súper low cost.
Día 1: Altea
Salimos de Valencia temprano, para evitar que estuviera demasiado masificado al llegar. Elegimos la ruta por la autopista porque ahorraba casi 1h de viaje. Tardamos aproximadamente 1h y media en llegar a Altea y, aunque pensábamos que nos iba a costar mucho aparcar, descubrimos que hace relativamente poco el ayuntamiento de Altea creó 500 plazas de parking gratuito súper cerca del centro.
Aparcamos en el Parking de la Partida Basseta, 2
El casco antiguo
Lo primero que hicimos al llegar fue desayunar en el primer bar que nos cruzamos. Ya con energía y más espabilados, recorrimos las calles empedradas del casco antiguo. ¡Cada cual más bonita que la anterior! Casas blancas, calles estrechas, cuestas infinitas y de fondo: el azul del mar.
El mirador del Portal Viejo
Subiendo por las estrechas calles llegamos a la plaza de la Iglesia Virgen del Consuelo. No muy lejos está uno de los miradores más conocidos de la zona, bajando por la calle del Portal Viejo. Desde allí se puede ver toda la bahía de Altea, la de Benidorm y toda la costa de Calpe. ¡Las vistas no pueden ser más bonitas! Y, aunque cuando fuimos no estaba, por lo visto hay un bar que tiene en este mirador su terraza y se puede comer allí mismo.
¿Dónde comer en Altea?
¡Aquí llegó el problema! Teníamos una lista de recomendaciones bastante larga y, cuando empezamos a decidir, nos dimos cuenta de que al ser lunes la mayoría estaban cerrados (abrían solo para cenas o cerraban todo el lunes, para descansar del finde). Nos apetecía mucho comernos un buen arroz allí, pero no pudo ser. Al final, después de muchísimas vueltas decidimos no perder más tiempo y entrar en un bar cualquiera a comer unas tapas. ¡Y tan contentos!
A nivel gastronómico la visita fue un poco FAIL, pero dejamos alguna lista aquí de los restaurantes que más nos recomendaron para comer en Altea: La Capella, Xef Pirata, El Cranc, Crown of India, Fran Xerra y La Forchetta.
Paseo Marítimo y playa de Altea
Después de comer dimos una vuelta por el paseo marítimo y nos dimos un baño. Pensábamos que habría mucha más gente, pero se estaba súper tranquilo. La playa es de piedras y cuesta un poco entrar, recomendamos escarpines. Lo bueno es que enseguida cubre bastante, por lo que dejas de notar las piedras. Cuando fuimos las olas eran bastante grandes y entrar y salir costaba un poco más de lo normal.
Esta playa tiene servicio de socorrismo, aseos y puestos de alquiler de sombrillas.
Cala del Metge
Después de darnos un baño en la playa de Altea queríamos ir a una cala y nos decantamos por ésta, que está a escasos 10-15 minutos, camino al faro del Albir.
El acceso es un poco complicado y hay que ir con cuidado al bajar, pero es un tramo muy cortito. Al llegar nos encontramos con una señal de acceso »restringido» por diferentes peligros, pero había un par de personas y bajamos igualmente. La cala es pequeña y se está genial; además enseguida nos quedamos totalmente solos. El agua entraba entre las piedras creando una especie de «jacuzzi natural» en el que nos pasamos un buen rato tumbados disfrutando de las vistas a las bahías del Albir, Altea y Calpe.
¿Dónde dormir en Altea?
Como fue un plan pensado y hecho (y era agosto), la mayoría de hoteles y alojamientos en Altea estaban llenos, o costaba cerca de 300€ la noche. ¡Es mucho mejor cogerlo con tiempo!
No encontramos nada que nos convenciera y queríamos ir al día siguiente a ver la Laguna Rosa en Torrevieja, así que decidimos coger un Airbnb allí. ¡Un acierto! Nos alojamos en casa de Cecilia, en un bungalow con piscina comunitaria. Tenía un pastor alemán cachorro y ella era súper agradable. La habitación y el baño estaban bastante bien (ningún lujo, pero todo apañadito) y la piscina nos vino genial después del día de playa. ¡Y al día siguiente por la mañana nos preparó el desayuno!
Es la primera vez que cogemos un Airbnb en una casa particular (en la que están los dueños), pero la experiencia no pudo ser mejor. ¡Y nos costó poco más de 30€!
Día 2 Torrevieja
El paseo marítimo por la noche
Al llegar a Torrevieja (está a 1h y 20 aprox de Altea) fuimos a ver el ambiente del paseo y aprovechamos para cenar por allí cualquier cosa. Había un montón de gente, puestecitos por todas partes (collares, bolsos, vestidos, accesorios…) y una feria bastante grande.
Para nuestro gusto estaba demasiado masificado y, como estábamos cansados, comimos en varios puestecitos un par de cosas y nos volvimos para casa. En general, no nos gustó mucho el ambiente de esa zona por la noche.
La laguna rosa
Nos levantamos relativamente pronto para ir a la Laguna Rosa. Estaba a menos de 10 minutos del Airbnb y se accede por una urbanización. Cuando nos estábamos acercando nos sentimos un poco decepcionados porque se veía azul, pero cuando estás cerca… ¡ES ROSA!
Esta enorme laguna de 1.400 hectáreas forma parte del Parque natural de las lagunas de la Mata y de Torrevieja y está prohibido el baño. Aún así, nosotros vimos gente hasta con flotadores entrando.
Pero… ¿Por qué es rosa?
Nos hemos informado y, por lo visto, se trata de un fenómeno natural producido por una bacteria que libera un pigmento rosáceo en aguas con alta concentración de sal. En este caso, la laguna tiene una cifra similar a la del mar muerto ¡350 gramos de sal por litro de agua!
Consejo: ¡Lleva repelente de mosquitos!
Cala Ferris
Después de ver la Laguna Rosa nos fuimos a una cala que estaba también cerquita. No queríamos perder tanto tiempo como el día anterior en buscar dónde comer, así que fuimos a Mercadona y compramos bebida, hielo, algo del horno y fruta para comer en la playa y aprovechar al máximo el día.
Cala Ferris es súper tranquila, el acceso es facilísimo y estuvimos muy bien. Pese a ser de arena, dentro del agua hay muchas rocas y es más cómodo llevar escarpines. Había mucha gente haciendo snorkel y vimos un montón de peces. Además, las dunas y las palmeras que rodean esta pequeña cala crean un espacio especial y único.
Vuelta a casa y conclusiones
La vuelta al hicimos por el interior, que se tardaba menos y se evitaba el peaje. Tardamos poco más de 2 horas y cuarto.
Conclusiones
- Altea es un pueblo precioso.
- Volveremos pronto a comernos un arroz en Altea.
- Torrevieja es demasiado turístico.
- La Laguna Rosa es un sitio súper curioso de ver.
- Los planes improvisados son los mejores.
Gastos:
49€/persona ¡Ni haciéndolo adrede nos sale tan barato!
- Peaje Valencia-Altea (solo ida): 12€
- Desayuno Altea: 6€
- Comida tapas Altea: 20€
- Cena Torrevieja: 15€
- Noche Airbnb (desayuno incluido): 35€
- Comida día de playa (Mercadona): 10€